Antecedentes históricos
Aún sin estar demasiado claro quienes fueron los primeros y, por tanto, descubridores de la técnica del serigrafiado, lo cierto es que su origen debe situarse varios siglos antes del nacimiento de Cristo.
Los chinos, egipcios y japoneses ya la utilizaban y, sin existir todavía datos concluyentes al respecto, parece ser que fue en la antigua China donde se comenzó a trasponer motivos decorativos seriados sobre tela. Para ello, filtraban una sustancia líquida o pulverulenta a través de un tamiz ajustado en un marco de madera o metal manipulado previamente. El tamiz se confeccionaba con cabellos femeninos entrelazados y estirados o mediante hilos de seda natural barnizados sobre una plantilla de polvo de arroz.
De la palabra seda ("sericum", en latín), justamente, proviene el vocablo serigrafía.
Ya en Europa, se empleó para decorar telas.
En 1916, se realizaron las primeras serigrafías sobre papel para confeccionar carteles publicitarios y, con el auge de los productos químicos fotográficos en Estados Unidos, se adaptó para imprimir en infinidad de materiales cobrando un espectacular impulso que llega hasta nuestros días de impresión digital y renting fotocopiadoras.
La técnica
Como ya hemos esbozado en el apartado anterior, la serigrafía consigue reproducir un original sobre cualquier otro material mediante una trasferencia de tinta a través de una malla de tejido tensada sobre un marco. El paso se bloque en las zonas que no deben ser impresionadas mediante una emulsión fotosensible. El original se expone a la luz para endurecer las partes libres de imagen y se lava con agua de forma que queda libre la zona por la que pasará la tinta.
Mediante una moderada presión ejercida por una regla de caucho (racleta) se fuerza el paso de la tinta a través de los espacios libre de la malla recogiéndose en el soporte del material elegido para imprimir.
Una vez obtenido el primer modelo podemos lograr, por repetición, la impresión de infinidad de ejemplares sin perder nitidez ni definición.
La serigrafía hasta el renting fotocopiadoras
Gracias a una serie de mejoras introducidas en el siglo XX (como la sustitución del entramado de sedad por nylon y otros materiales acrílicos), la técnica de impresión serigráfica es muy utilizada para la producción artística (Andy Warhol y Pop Art) y publicitaria (cartelería mural de gran formato, vallas de exterior,...). Cuenta, además, con multitud de aplicaciones en otros campos:
- Sobre madera y corcho, para la decoración de muebles.
- Impresión de calcomanías o etiquetas, para la decoración de azulejos, vidrio y cerámica.
- Para el flocado de materiales en los que el adhesivo se aplica también por serigrafía.
- Decoración de barro, porcelana, cristales, aluminio, cueros, tejidos,...
- Producción de circuitos impresos.
- En la industria textil ha cobrado especial protagonismo a través de diversas técnicas que se renuevan continuamente para ofrecer productos siempre innovadores al cliente ávido de comprar moda.
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